Construyendo puentes. Arte chicano / mexicano de L.A. a CDMX

La presente muestra reúne una selección multigeneracional de obras realizadas por artistas chicanos y latinos del sureste de California, todos con orígenes mexicanos. La exposición analiza la manera en que estos artistas exploran el carácter híbrido de su cultura, a través de cinco importantes temas.
21 Sep 2018
25 Nov 2018

Durante 50 años de existencia, el arte chicano, siempre en transformación, se ha conformado a sí mismo como una de las principales corrientes del canon creativo estadounidense. Asentado sobre cuatro culturas –la precolombina, la hispánica invasora, la mexicana y la estadounidense– el Arte Chicano se inspira en estas y se desarrolla a partir tanto de sus raíces como de las décadas de opresión que han sufrido quienes lo practican y sus familias.
 

Desde el violento enfrentamiento en las calles durante la Moratoria Chicana de 1970, los latinos han progresado económica, social y políticamente. No obstante, chicanos y latinos continúan siendo un grupo marginado –extranjeros– en su propio hogar en Estados Unidos, e incluso en México. Esto sucede, incluso cuando el porcentaje de la población latina en las principales ciudades de Estados Unidos (como Los Ángeles, Nueva York y Chicago) ha crecido tremendamente, tanto en tamaño como en poder político.
Nacido a mediados de la década de 1960, junto con los protestantes de la Guerra de Vietnam y el movimiento Black Power a favor de los derechos civiles, el movimiento chicano desafió la categorización y los estereotipos burlones ampliamente divulgados entre la población anglosajona, así como a los centros educativos públicos, plagados de deserción, que pregonaban que los latinos eran demasiado inferiores como para lograr un nivel de vida de clase media.
 
Estos problemas se convirtieron en los temas centrales de los primeros artistas chicanos. El realismo expresionista y franco de sus obras atraía a un público de arte que se había hastiado de las sucesivas tendencias del sistema establecido en pinturas poco representativas.
Con habilidades altamente desarrolladas y gran originalidad, estos artistas de origen dual, mexicano y estadounidense, dirigieron las miradas hacia la cultura latina, no solo destacando los conflictos con la sociedad anglosajona, sino también alardeando, celebrando y elevando los elementos de la cultura y tradición latinas, que el mundo anglosajón ya no podía ignorar.
 
Tanto los avances como las dificultades de las últimas cinco décadas han ayudado a dar forma a la evolución del arte chicano y latino. Estos artistas expandieron su expresión creativa y demostraron gran destreza para desarrollar y representar sus mitologías, metodologías y filosofías. Introdujeron una destacada y original escuela en la historia del arte. 
 
La presente muestra reúne una selección multigeneracional de obras realizadas por artistas chicanos y latinos del sureste de California, todos con orígenes mexicanos. La exposición analiza la manera en que estos artistas exploran el carácter híbrido de su cultura, a través de cinco importantes temas: Diamantes rebeldes del sur, Imaginando paraísos, Extranjeros en su propia casa, Mapeo de identidad y Superando las separaciones en la dualidad cultural. Asimismo, al ampliar la perspectiva de la apreciación del arte chicano y latino más allá de su hogar estrictamente geográfico, esta exposición pone de manifiesto los inexorables lazos que estos artistas tienen con México, y cómo estos lazos transcienden la identidad individual y las fronteras.
 
 – Julián Bermúdez –

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