EL CAMINO DILETANTE

Los caminos son infinitos, llegan hasta el fin del mundo, hasta la raíz de la oscuridad, mejor dicho, los intestinos son el viaje universal, químico, fosforescente que nos da la vida, la cloaca de donde surge el cosmos, quiero decir: si alguna vez te has perdido, si has corrido por veredas eternas, desesperado, es porque llegaste a casa sin darte cuenta; quiero decir: no dejes que pare la música...
Gerardo Monsiváis
02 Feb 2018
06 May 2018

 
 

Los caminos son infinitos, llegan hasta el fin del mundo, hasta la raíz de la oscuridad, mejor dicho, los intestinos son el viaje universal, químico, fosforescente que nos da la vida, la cloaca de donde surge el cosmos, quiero decir: si alguna vez te has perdido, si has corrido por veredas eternas, desesperado, es porque llegaste a casa sin darte cuenta; quiero decir: no dejes que pare la música, o algo parecido; ¿qué venía diciendo? ¿quién era yo? ah sí: un simple mortal, vertiginoso como todos, algo, alguien que se consume desde adentro y también un río de mierda. De qué hablas. Quise decir: un río alinderado por árboles que no dejan de crecer y cubren el cielo y luego llueven en forma de noche, un síntoma que va y viene, tranquilo y terrible, es decir, una sustancia que se apelmaza a mis huesos de muchas maneras, al punto de parecerme a ti, o a nosotros; lo diré en otras palabras: cada gesto es solo una máscara transitoria de la muerte (ni modo); lo diré aún en menos: nadie puede escapar de la cabeza, ah, y bienvenido a este despeñadero de imágenes de Gerardo Monsiváis.
 
Futuro F. Moncada

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