Ergo

Una postura escéptica y aciaga; violenta, como gran parte del arte judeo-cristiano lo es. Estos estudios pretenden reflejar la fascinación por el arte religioso con el que he crecido, por un lado, y por el otro, una visión acendradamente desilusionada de la espiritualidad pero sobre todo, del envilecimiento de la doctrina que ha devenido en religión altamente jerarquizada
Alejandro Montoya
03 Feb 2017
16 Abr 2017

Ergo…
Tensión ateísmo-religiosidad. 
Una postura escéptica y aciaga; violenta, como gran parte del arte judeo-cristiano lo es. Estos estudios pretenden reflejar la fascinación por el arte religioso con el que he crecido, por un lado, y por el otro, una visión acendradamente desilusionada de la espiritualidad pero sobre todo, del envilecimiento de la doctrina que ha devenido en religión altamente jerarquizada y que altocontrasta con el carácter fraterno que hasta donde sabemos, buscaban muchos de los grupos que conformaron varios de los diferentes cristianismos primitivos: los cristianismos derrotados. Intento de alguna forma reflejar mi posición ante lo que considero (como lo hacen millones) el desquebrajamiento profundo (apenas fundado y ya ha comenzado así) del Cristianismo, pero sobre todo del Catolicismo, que es la religión que como fenómeno social y político me fascina; religión que, como la serpiente Ouróboros, termina devorándose, devorando a la bella doctrina qué le dio origen; origen ya sincrético y totalmente incierto, centrado en una figura históricamente inasible, insustentable, propiamente inexistente; idealizada y comercializada hoy hasta un extremo ridículo, absurdo y francamente nórdico-aspiracional. Doctrina fraterna cuya esencia nos invita al menos en  parte, al menos en lo que alcanzó a llegar hasta nosotros, a intentar alejar nuestras pulsiones y nuestro comportamiento de las y del de los chimpancés. Espiritualidad y fraternidad aplastada casi desde su inicio por las jerarquías, por las canonjías, las indulgencias, la negación y persecución a la protociencia, el miedo y el chantaje como instrumentos de control, la superstición, la misoginia; la hoguera y el potro, la eterna carga culpígena a la vitalidad, el sometimiento por la espada a otras creencias. Hoy, la complicidad descarada con el agio internacional, el encubrimiento y solapamiento a la pederastia, el sometimiento silente y suicida ante el avance del Islam en Occidente y la obstinación siempre omnipresente de permanecer y de tratar de hacer permanecer a las masas en el más profundo y lastimoso estado de pensamiento mágico, aunque contradictoriamente, siempre beneficiándose, siempre usufructuando de los esmeros y los logros, de los esfuerzos del Arte, y sobre todo de los de la Ciencia, de los de la luz de la Ciencia; el semioscurantísmo, el pavor a la libertad. La irracionalidad aplastante.

Texto: Alejandro Montoya
 
Curador: Guillermo Santamarina
 

Contacto