Escaparates y marquesinas. Mercancías prohibidas de los dioses desechables…

El futuro es hoy, ya está aquí, la historia se vino encima. Somos una civilización que nunca se desarrolló, construida con fragmentos de tiempo que se mezclan para dar forma a una decadencia aceptada por generaciones, una destrucción asimilada, universo de objetos
Luis Artemio Figueroa Zamano
27 Oct 2017
28 Ene 2018

ESCAPARATES Y MARQUESINAS MERCANCIAS PROHIBIDAS DE LOS DIOSES DESECHABLES O LA IGLESIA DE LOS SANTOS RECICLADOS 

 
Señales, focos, líneas de luz,
Escaparates inverosímiles,
Colecciones absurdas,
Altares personales,
creencias intoxicadas,
símbolos reciclados,
espacio barroco, saturado,
mercancías desechables
reglas de uso de plástico y mentira
tiempo muerto de inconciencias cotidianas
acontecimientos pegados con resistol,
interpretación personal paráfrasis grotesca
de los hechos y los sucesos de la vida de cada quien,

Dioses, santos y creencias recicladas
mitos desechables, religiones caducas,
momentos de plástico, dioses de boutique,
cuestiones de fe desesperadas absurdas,
imágenes adaptadas de los miedos y los rencores,
de un arrepentimiento de instituciones y academias,
en los templos del dolor, la ignorancia la pobreza y la desesperación,
templos de adoración, edificios de significados,

construidos con la sangre de cada piel.

La fe y la devoción de los días de supervivencia, de una generación que existe en la sacralización de las cosas y los objetos, fetichismo religioso que determina en lo que se debe de creer, en lo que se debe de amar, en lo que se tiene que odiar, en lo que hay que tener para existir. El límite de lo pagano y lo hereje, que se compra y se transforma según convenga, imágenes de miedos en medios, la muerte y la superstición son productos que se anuncian por televisión, también cosas de la tradición, nuestra historia también está en oferta, compremos una vida a plazos que nunca podremos pagar, es la religión de la alineación, llévala llévala que se te va a acabar.

El futuro es hoy, ya está aquí, la historia se vino encima. Somos una civilización que nunca se desarrolló, construida con fragmentos de tiempo que se mezclan para dar forma a una decadencia aceptada por generaciones, una destrucción asimilada, universo de objetos que nos inundan y nos determinan, es ser parte de esta gran mezcla de significaciones totales, cuestiones de fe, de magia, de brujería, de mito, tradición, de leyendas sacrílegas, ignorancia y masificación de pensamiento, somos eso, modismos de ser y del dolor.

Son los restos de una civilización fallida, son las ruinas de una historia construida con pedazos de tiempo, de ruinas de humanidad, que camina apresurada hacia su propia destrucción, con colores, temas y una que otra oración que se convierten en himno, en canción.

Los dioses fueron de compras, pero los dioses somos todos y compramos algo en que creer, en que depositar nuestra fe, nuestro amor y nuestra pasión, una imagen, un milagro, conexión colectiva, colección de instantes personales, cada quien es dueño de sus dioses, de sus mitos y demonios, de sus oraciones y plegarias.

Colección de dioses y santos de un futuro que aquí está, personajes mágicos, fantasmas y fantasías, figuraciones groseras de las calles de nuestros quereres y de nuestros creeres, altares del alma y la ilusión, mitologías personales…

Es la iglesia del futuro que recoge los restos de la civilización pasada para hacer una nueva religión, culto que se construye con las historias del pasado. De las ruinas se construye una nueva forma de creer y de adorar; aquí, en lugar de Partenón, hay un mercado de dioses y creencias, de santos, templos, de milagros e iluminados…

Texto: Luis Figueroa, 2017
Curador. Guillermo Santamarina

 

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